El deporte venezolano: un campo de batalla cultural.
¿Alguna vez te has preguntado por qué lo que llamamos deporte va más allá de los goles y las medallas? En Venezuela, el deporte se ha convertido en un campo de batalla donde se enfrentan ideas y visiones del mundo. Este artículo explorará cómo el deporte ha sido utilizado como herramienta para imponer visiones del mundo y consolidar el poder, analizando el pensamiento de Antonio Gramsci y su concepto de hegemonía cultural instaurado por el régimen durante 25 años.
Gramsci y la Hegemonía Cultural en el Deporte
En nuestro libro “Cultura Gerencial en las Organizaciones del Deporte en Venezuela” publicado este año 2024, podrán leer entre líneas como el régimen ha impactado al deporte con las ideas de Antonio Gramsci, filósofo y teórico marxista, que introdujo el concepto de hegemonía cultural para explicar cómo las clases dominantes ejercen su poder no solo a través de la fuerza, sino también a través de la construcción de consensos ideológicos. En el ámbito del deporte venezolano, esta hegemonía se manifiesta a través de la promoción de valores, símbolos y prácticas que refuerzan el orden establecido.
La guerra de posición y la guerra de movimiento son dos conceptos clave en el pensamiento de Gramsci. En las organizaciones del deporte venezolano, la guerra de posición implica la construcción lenta y paciente de una hegemonía cultural a través de la educación, los medios de comunicación y las instituciones que integran el deporte venezolano como: Clubes, Federaciones, Comité Olímpico, Instituto Nacional de Deporte y Ministerio del Deporte. La guerra de movimiento, por su parte, se refiere a acciones más directas y confrontativas para desafiar el orden establecido.
El Deporte Venezolano como Herramienta Política
El deporte y sus organizaciones en Venezuela ha sido utilizado históricamente como una herramienta para construir y consolidar la identidad nacional. Durante diferentes períodos, el deporte ha sido empleado para promover valores como la unidad, la disciplina y el patriotismo. Sin embargo, también ha sido utilizado para legitimar regímenes políticos y excluir a ciertos sectores de la sociedad.
El papel del Estado: Los gobiernos han desempeñado un papel fundamental en la orientación del deporte venezolano, utilizando políticas públicas para promover determinadas disciplinas deportivas y valores asociados. Por ejemplo, durante este régimen, se impulsó la práctica masiva del béisbol como símbolo de la identidad nacional.
Los medios de comunicación: Los medios han sido fundamentales para construir narrativas en el deporte venezolano que refuerzan la ideología dominante. A través de la selección de noticias, la construcción de héroes o heroínas y la promoción de eventos deportivos, los medios contribuyen a moldear la opinión pública. La cobertura mediática de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 la “Generación de Oro”, por ejemplo, sirvió para la propaganda de consolidar un sentimiento de unidad nacional, sin embargo, en París 2024, silencio total.
Las redes sociales: Las redes sociales han democratizado la producción y el consumo de contenidos del deporte, pero también han amplificado la polarización y la difusión de discursos de odio. La figura de atletas como figuras públicas ha sido potenciada por las redes sociales, generando debates y polarizaciones en torno a sus opiniones y acciones.
La Batalla Cultural en la Práctica
La batalla cultural en el deporte venezolano se manifiesta de diversas formas:
Exclusión social: Ciertos sectores de la población han sido históricamente excluidos de la práctica del deporte, limitando sus oportunidades de desarrollo. Las mujeres, las personas con discapacidad y las comunidades indígenas han enfrentado barreras significativas para acceder a instalaciones deportivas y programas de entrenamiento.
Politización del deporte: La utilización del deporte para promover intereses políticos partidarios. La vinculación de equipos deportivos profesionales y amateur con un partido político o la utilización de eventos deportivos para mostrar el apoyo popular a un régimen, ha sido una práctica común en Venezuela.
Comercialización del deporte: La creciente influencia del mercado en el deporte ha generado una mercantilización que ha desvirtuado los valores tradicionales. La búsqueda del lucro ha llevado a la profesionalización excesiva del deporte y a la aparición de prácticas corruptas.
Género y deporte: El deporte venezolano, al igual que en muchos otros países, ha sido históricamente un espacio masculinizado. Las mujeres han enfrentado diversas barreras para acceder a la práctica deportiva, como la falta de infraestructura, la discriminación y la estigmatización.
La Influencia de los Patrocinadores y las Marcas Deportivas: Los patrocinadores y las marcas deportivas desempeñan un papel crucial en la construcción de la hegemonía cultural en el deporte venezolano. Al invertir grandes sumas de dinero en equipos, eventos y atletas, estas empresas adquieren un poder significativo para influir en las narrativas deportivas y los valores asociados al deporte.
Valores corporativos: Las marcas deportivas promueven valores como el individualismo, la competitividad y el consumismo, que a menudo entran en conflicto con valores más comunitarios y solidarios.
Identidad de marca: A través del patrocinio, las marcas buscan construir una identidad de marca asociada a ciertos valores y estilos de vida. Por ejemplo, marcas de ropa deportiva pueden asociarse a la juventud, la rebeldía y la autoexpresión.
Hegemonía cultural: Al imponer sus valores y visiones del mundo, las marcas deportivas contribuyen a reforzar la hegemonía cultural dominante.
ALTERNATIVAS Y PROPUESTAS
Para superar la batalla cultural en el deporte venezolano, es necesario:
Promover el deporte como un derecho: Garantizar el acceso al deporte para todos los ciudadanos, independientemente de su origen social o económico.
Fomentar la participación ciudadana: Involucrar a la sociedad civil en la toma de decisiones sobre el deporte.
Fortalecer la Educación Física, Actividad Física, el Deporte y la Recreación: Promover la educación física como herramienta para el desarrollo integral de las personas.
Combatir la corrupción: Luchar contra la corrupción en las instituciones del deporte para garantizar una gestión transparente y eficiente.
Promover la diversidad y la inclusión: Fomentar la participación de mujeres, personas con discapacidad y comunidades indígenas en el deporte.
Desarrollar un deporte más comunitario y menos mercantilizado: Priorizar los valores sociales y educativos del deporte sobre la búsqueda del lucro.
En conclusión, el deporte venezolano es un reflejo de las tensiones y conflictos sociales que atraviesa el país. La batalla cultural en el deporte venezolano es una expresión de la lucha por el poder y la construcción de significados. Es fundamental que la sociedad civil se involucre en la transformación del deporte, la Educación Física, la Actividad Física y la Recreación promoviendo valores como la inclusión, la equidad y la democracia.
Texto extraído del Libro: “Cultura Gerencial en las Organizaciones del Deporte en Venezuela”
Dr. Summar Gómez (2024)