La clave invisible del gerente en el deporte: PENSAMIENTO CRÍTICO

La clave invisible del gerente en el deporte: PENSAMIENTO CRÍTICO

La clave invisible del gerente en el deporte: PENSAMIENTO CRÍTICO. La reciente finalización de eventos deportivos clave para Venezuela, como los Juegos Olímpicos, las eliminatorias mundialistas y la Superliga de Baloncesto Profesional, ha coincidido con un contexto político bajo la sombra del fraude electoral y la influencia mediática de un régimen totalitario. En este escenario, el pensamiento crítico se vuelve esencial para los gerentes del deporte. El libro ‘Cultura Gerencial en las Organizaciones del Deporte en Venezuela’ ofrece una valiosa guía para los gerentes del deporte. A través de un análisis detallado, la obra explora la importancia del pensamiento crítico, así como las habilidades y virtudes necesarias para liderar organizaciones en un contexto tan desafiante.

La clave invisible del gerente en el deporte: PENSAMIENTO CRÍTICO

Todo el mundo habla del pensamiento crítico, se considera el pensamiento crítico como una de las habilidades más importantes del siglo XXI y esto se debe a que el siglo XXI se basa en una sobreproducción de información, así que, saber separar la información buena y la información mala y aplicarla a lo que sería al final, lo que es el pensamiento crítico es extremadamente relevante.

Para poder desarrollar lo que el pensamiento crítico en este corto artículo tuve que tratar de identificarlo y además sumarle algunas virtudes, que serían importantes que tratará de generar o producir o tener en cuenta la mayor cantidad de tiempo posible para que el pensamiento crítico vaya mejorando porque es un proceso. Ahora para entenderlo, primero hay que explicar el pensamiento:

La clave invisible del gerente en el deporte: PENSAMIENTO CRÍTICO

Los datos son elementos simples como números o hechos que carecen de significado por sí mismos. Por ejemplo, el número 9.58 es un dato que no significa nada en particular. Sin embargo, cuando se le asigna un significado o contexto, como los segundos registrados por Usain Bolt en los 100metros siendo record olímpico, entonces adquiere relevancia y se convierte en información.

Entonces, ya no estamos hablando de un simple dato, sino de una información. Esta información se transformará en un conjunto de datos que debe ser clasificado, analizado y segmentado. Es por ello que el uso de listas y otras herramientas similares resulta tan atractivo: nuestra forma de pensar se basa en la clasificación. Esta clasificación, a su vez, se convierte en un medio para crear(Nodos), conexiones entre los datos de la información y las sensaciones o experiencias pasadas.

Voy a explicarles por qué esto es importante. En el Paso 1, existe una materia prima: un conocimiento, una información, un dato o una sensación. Una vez que esta información, dato o sensación llega al cerebro, este se encarga de clasificarla, ayudando a ubicarla y a establecer vínculos con otros conceptos.

Ejemplo:

Te voy a hablar de la palabra “inefable”. Te explico que es una palabra que podemos clasificar como nueva información. Entonces, tú tomas esta palabra nueva, la asocias con la categoría de palabras bonitas o interesantes que podrías usar hoy, y así se genera un NODO en tu cerebro. Este NODO se integra a una red de contactos e información dentro de tu mente.

La generación de conexiones, nodos o redes en el cerebro, en relación con esta nueva información, tiene un propósito: producir un resultado. Este resultado es el pensamiento. El pensamiento se manifiesta a través de la emisión de juicios: puede ser considerado bueno o malo, feo o bonito, aplicable o no aplicable, lógico o no lógico. Al final, el juicio es el resultado de este proceso cognitivo.

El pensamiento también puede dar lugar a opiniones o conductas, como, por ejemplo, sonreír o dar la razón. De esta manera, crear argumentos es, en general, el resultado final del proceso que llamamos pensamiento.

Pero esto lo hacemos todos los días, entonces, ¿qué tiene de especial? Bueno, cuando se le añade el adjetivo “crítico” a la palabra “pensamiento”, se requieren ciertas condiciones adicionales. En etimología, hay una versión que dice que la palabra “crítico” proviene de una raíz indoeuropea relacionada con “script”, que se traduce exactamente como “cribar”, es decir, ese proceso en el que se separa la paja del trigo. Ustedes saben que, al cosechar el trigo, todo parece paja, maleza buena y maleza mala. Luego, se utiliza una especie de malla metálica y se agita, similar a lo que hacían los buscadores de oro en California, quienes tomaban tierra y comenzaban a cribar. Este proceso permite que se elimine la paja y queden solo las pequeñas rocas, datos e informaciones, o en su defecto, sensaciones relevantes. Así que creo, que no hay una mejor definición práctica del pensamiento crítico que:

Ese pensamiento que me permite escribir y separar la información buena, útil o confiable de la que no lo es.

En 1990, el profesor Peter A. Facione de la Universidad de California, integrante de un grupo de investigadores del Committee on Pre-College Philosophy of the American Philosophical Association especializados en pensamiento crítico y educación elaboró el documento más citado por prácticamente cualquier persona que hable de pensamiento crítico en el mundo. Este informe, titulado “Pensamiento crítico y una visión a través de la experiencia educativa y la instrucción”, define el pensamiento crítico de la siguiente manera:

Entendemos que el pensamiento crítico es un juicio deliberado y autorregulado que se basa en la interpretación, el análisis, la evaluación y las inferencias, así como en la explicación de los criterios conceptuales, metodológicos y consideraciones contextuales sobre las cuales se fundamenta ese juicio.

Aquí les dejo el enlace de este INFORME. Se lo recomiendo especialmente a quienes deseen profundizar en el concepto de pensamiento crítico y en cómo este grupo de académicos destacados considera que se puede desarrollar.

Una de las partes más interesantes del documento mencionado es cuando abordan las habilidades necesarias para el pensamiento crítico, las cuales son el resultado del desarrollo de dichas habilidades y sus respectivas competencias.

A continuación, se presenta una lista consensuada de habilidades cognitivas y su relación con el desarrollo del pensamiento crítico:
1. Interpretación de la información: Se refiere a la categorización y decodificación de los datos. Esto implica entender el significado de la información y descubrir su propósito, contextualizándolo de acuerdo con el contenido que se recibe.
2. Habilidad cognitiva del pensamiento crítico: En este contexto, el análisis implica la separación de ideas, la identificación de argumentos y la comprensión de las relaciones entre estos.
3. Evaluación: Esta etapa no solo implica la identificación de los argumentos, sino también una valoración de su efectividad. Esto incluye determinar lo que se ha logrado, lo que no, lo que es adecuado y el sustento de los argumentos presentados.
4. Inferencia: Se refiere a la observación de los vínculos entre la evidencia o premisas y las conclusiones. Esto implica analizar si las conclusiones son las más adecuadas o si podrían derivarse otras alternativas a partir de las evidencias presentadas.
5. Explicación: Como una habilidad cognitiva del pensamiento crítico, la explicación debe incluir elementos como justificaciones, resultados y la presentación de los propios argumentos.

La clave invisible del gerente en el deporte: PENSAMIENTO CRÍTICO

Y lo último, y creo que esto es realmente significativo, lo más importante para que el pensamiento crítico se expanda, es la autorregulación. Es decir, implica una autoexaminación y una autocorrección; de lo contrario, es imposible que el pensamiento crítico, sin importar los métodos que utilices, se mantenga.

Esta habilidad y sus aspectos relacionados son fundamentales. Sin embargo, a menudo se pasa por alto una condición necesaria dentro del pensamiento crítico, ya que estas habilidades pueden generar filtros. Considero que dentro del pensamiento crítico hay tres filtros que, si se aplican de manera metódica, permiten que este pueda ser efectivo. El pensamiento crítico es, en esencia, un método, una metodología que permite discernir entre lo sustancial y lo superficial.

Mi visión actualizada de estas habilidades se centra en que el análisis es el primer paso para clasificar la información y comprender cómo se utiliza dentro del proceso de pensamiento.

El segundo paso es la esquematización lógica. Esto implica identificar las premisas, las inferencias y las conclusiones, lo que facilita la comprensión y separación de lo que el sujeto o la información nos está transmitiendo.

El tercer elemento son las bases argumentales. Por ejemplo, si voy a utilizar una fuente, puedo señalar que hay un testigo, un experto que opina sobre el tema, o una prueba específica. Estos elementos son complementarios al argumento principal, ya que sirven como apoyo o sostén del mismo. Es importante entender que se trata de elementos auxiliares que refuerzan el argumento, pero no constituyen el argumento en sí.

El cuarto paso es la comprensión holística. Una vez que he realizado el análisis, la separación y la clasificación lógica, y he identificado las bases extra procedimentales o probatorias en las que se sustentan esos argumentos, es evidente que debo reestructurarlos. Este proceso se conoce como comprensión holística. Al igual que en una conversación, el conocimiento debe ser visto como un todo integrado. Es importante considerar que esta integración debe tener relevancia y significado. Por ejemplo, podría tratarse de una respuesta irónica y sarcástica, en cuyo caso no conviene tomarla demasiado en serio. Alternativamente, podría ser un error o, por el contrario, una información útil que podré almacenar y utilizar en el futuro a través de la creación de nodos de información.

El quinto elemento, en mi opinión, es uno de los más importantes: la aplicación del segundo filtro. Con el tiempo, desarrollas un primer filtro que te permite separar la información útil de la inútil. Un ejemplo típico son los canales en redes sociales que, generalmente, no son confiables. A menudo carecen de fuentes argumentativas sólidas y presentan análisis poco claros, donde existe incoherencia entre los argumentos y sus conclusiones. En ese momento, empiezas a descartar contenido y, al final, determines cuáles son los canales a los que te suscribirá y desde los cuales quieres escuchar. El segundo filtro también juega un papel fundamental en la selección de canales, ya que la decisión de no suscribirte a uno de ellos puede indicar que no te interesa su contenido, o que consideras que no es relevante para ti. Buscaré “trigo” en lugar de “paja”. Por supuesto, después de aplicar este segundo filtro, se produce el siguiente paso.

Por supuesto, después de la aplicación del segundo filtro, llegamos al sexto paso, que consiste en aplicar lo que hemos comprendido. Esto implica construir un argumento utilizando ese elemento, ya sea almacenándolo en la memoria o empleándolo en una conducta específica. Estos son los resultados de este proceso de pensamiento. Es fundamental que, para que tu pensamiento sea realmente crítico, vayas ajustando tus filtros; es decir, debes revisar tus propios pensamientos. Con el tiempo, mientras más tiempo pase, es esencial que te analices a ti mismo. Debes evaluar tus propios resultados y aplicar tus propios filtros para poder mejorar tu pensamiento.

Nosotros generamos pensamientos que merecen ser conservados y diferenciamos entre aquellos que son útiles y los que son irrelevantes. Hay que discernir entre el trigo y la paja, entre el oro y el polvo, entre lo que es valioso y lo que ha quedado desactualizado, porque así es la información. Siguiendo este método de manera rigurosa, aplicando el pre-filtro, el segundo filtro e incluso un tercer filtro que analice lo que estamos diciendo o las conclusiones a las que hemos llegado, se puede llegar a una saturación en la que los filtros terminan filtrando casi todo. Esto hace que, en ocasiones, solo se escuche a un grupo específico, fenómeno conocido como cámara de resonancia. Por ello, es muy importante desarrollar otras virtudes. En este sentido, el consenso de expertos me sugiere aspirar a cultivar las siguientes virtudes:

La clave invisible del gerente en el deporte: PENSAMIENTO CRÍTICO

En fin, estas virtudes o conductas no se relacionan directamente con el pensamiento crítico, ya sea el intento de ser lo más objetivo posible, lo más racional o lo menos impulsivo. El hecho de estar abierto a escuchar a los demás no te convierte automáticamente en un pensador crítico, pero sí mejora tu capacidad de procesamiento crítico. Por ejemplo, puedes acceder a información que de otro modo no hubieras llegado a conocer. Lo importante es seguir filtrando y mejorando paulatinamente tus propios filtros; es decir, estos no son estáticos, y a eso es a lo que me refiero.

Texto extraído del Libro: “Cultura Gerencial en las Organizaciones del Deporte en Venezuela”
Dr. Summar Gómez (2024)

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